Héroe

Cada mañana, cuando el sol aún no brilla en todo su esplendor, apagamos el despertador con o sin esfuerzo y nos levantamos esperando que el día sea mejor que el anterior. Lavamos nuestra cara con agua fría para espabilar y estar atento a esa señal que nos ayude a resolver los problemas, esperando en vano que el tiempo viaje hacia atrás o vuele hacia ese futuro que no llega.

Soñamos con un día lleno de personas que hagan el camino más fácil y agradable, que estén prestos a calzar tus zapatos. Que sientan tu cansancio, tu sufrimiento y tus dudas. Guardamos muy dentro aquello que siempre somos. Esos recuerdos que agradecemos no se desvanezcan, también esos otros que estamos deseando olvidar y, maldita sea, ¡no se marchan!

Todo eso que forma nuestra mente y que emborrona la figura real que siempre hemos sido empaña la vista. Las expectativas, la evaluación continúa de lo que debiera ser y no se cumple, las nuevas leyes, los viejos pecados del mundo, los conflictos que parecen no resolverse, los defectos y excesos del hombre y de la naturaleza, la  enfermedad, la injusticia…, la vida.

La tosquedad de las almas construye muros imposibles de franquear. Nos empeñamos en mirar hacia adelante, con fuerza y decisión. Sin embargo, la mirada confunde pues solo busca admiración y belleza. Solo cuando abrimos el alma somos capaces de ver, de distinguir mediante la acción de la luz. Y en esa claridad se percibe que, a pesar de nuestras diferencias biológicas definidas por la naturaleza, somos iguales. Soñamos y amamos, con debilidades y fortalezas; disponiendo de talentos que multiplicar y poner al servicio de los demás. Recordamos entonces que vivir es habitar, hacer hogar allá donde estemos.

Un hogar repleto de humildad y compasión, de corazón limpio, de pobreza de espíritu y que busca la paz. Un hogar que descansa en la esperanza de quien se siente cuidado y amado simplemente por el hecho de ser.

Ocurre que lo que rodea la vida de los hombres busca apagar esa luz para que no veamos, y en esa confusión nos empeñemos en mirar con una ansiedad que no cesa. Cierra los ojos. Eres capaz de ver, pero solo con la luz del buen amor. Toma un buen libro y lee. Descubrirás como en ti habita ese héroe que todo lo puede. Ese que es camino, verdad y vida. Descansa y apóyate en El porque todo lo demás, pasa.

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4 opiniones en “Héroe”

  1. Eres toda delicadeza. Tu escritura tan entendible, sensata y elegante.
    Y tu tesis, por el camino que se merece!
    Gracias Carolina. Un fuerte abrazo.

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